martes, 22 de mayo de 2007

Las plataformas


Si algo sacamos en claro esta primavera entre tantas y tan diversas propuestas, es que elijamos el look que elijamos, más vale acompañarlo de una buena plataforma, grande y aparatosa, que nos pese tanto en los pies como altura nos regale. Subida sobre ellas todo se ve desde otra perspectiva, en el más estricto sentido literal. Y encima con un poco de suerte, el esfuerzo de arrastrarlas te pone a punto para la operación bikini. Que hay que estar en todo.

Plataformas o tacones anchos. Todo vale mientras añadan una media de doce centímetros de más a la usuaria. Doce centímetros inmensos y bienvenidos que alargan tu pierna hasta el infinito, aunque no lleves un príncipe a tu lado. Ni falta que te hace, con tus plataformas, la reina eres tú. Y no de la noche necesariamente; esto es lo bueno del asunto, que las alturas esta temporada valen como truco mañanero. Nos las proponen como complemento de día y apto para la jornada laboral. Para aquellas afortunadas que no usan el transporte público. O para las valientes que sí lo hacen.

Valen los colores, las plumas adornando los tacones (ojo al ingenio de Missoni), las pseudo-merceditas de Chloé que juegan a hacerse mayores de puntillas, la arquitectura rellenando huecos en espacios de cuñas imposibles, los tacones-cono que se estrechan en la base, curvados, rectos o cuadrados. Puntas suavizadas y redondeadas o todo lo contrario: exageradas hasta el delirio y desafiantes. Incluso sin punta: tip-toes o deditos al aire. Si te atreves, con medias. Con los materiales también puedes jugar: madera rellenando la base de las plataformas, charoles y vinilos en un guiño futurista, rafias o espartos que se codean sin complejos con pieles de lujo como el cocodrilo. Metalizados, aplicaciones, tachuelas, flores, correas rodeando y cerrando el tobillo. Se admiten propuestas.

Desde que en su día los carniceros del antiguo Egipto inventaran el tacón de aguja (como lo oyes) para no ensuciar sus pies con la matanza, nunca antes habíamos lidiado con la suerte de tantos centímetros de más. Desde ahí arriba, con tus súper cuñas, todo parece más pequeño, más lejano e incluso menos importante. Así que hoy disfruta de la tranquilidad de verlo todo ajeno y distante. Lunes. ¿Y qué? Sé bienvenida a bordo, sube a tu plataforma inter-espacial y disfruta de las alturas. Buen viaje.


3 comentarios:

lorena dijo...

Con lo de poner el cuerpo a punto, arrastrando las plataformas me he reido un monton. jijijijij.

Lo dije en los principios de glamourama. Antes veia las plataformas como el nirvana de las chonis. Me parecian lo mas ponzoñico que podia existir. Ahora, me encantan. En su version mas discreta, pero me encantan. Ir subida en el andamio hace que te sientas...la number one!! jejejej

besitos

Ana García Ordóñez dijo...

jajjaja vogue creo que a todas nos ha pasado un poco igual no?

Yo con las mias el primer día tuve sensación de drag queen jejeje y todo el mundo me decía joer tía que alta no? Ese día pensé... claro esto está bien para las bajitas... pero luego comprendí que no, que realmente están hechas para las más de 1.65! o eso creo yo! total el caso es que me gustan aunque sigo prefieriendo el tacón normal.

Muakisssssssssssssssss

Anónimo dijo...

Yo voy a rescatar unas plataformas, que no cuñas, que tengo del año del catapún, al menos de hace unos 8 años, y tan feliz, son de madera tipo las de Proenza Shouler, pero salvando las distancias, de hecho más bonitas las mías jejeje
Las que no soporto todavía (nunca se sabe) son las cuñas, no me gustan nada de nada, al igual que los leggins, a eso sí que no he sucumbido..
Y respecto a los 12 cm, buf, yo no es q sea alta, mido 1,70, pero con super tacones o super plataformas me siento demasiado alta, no estoy acostumbrada, y no me veo. Eso sí, me encantan las mini plataformas y los tacones altos, nada de medias tintas, o plano o tacón-tacón.
Besos

Cloe